En la década de 1920, un movimiento notable de mujeres comenzaba a gestarse en la República Dominicana. Siete años después, en 1927, cuando la periodista española Carmen De Burgos estudiaba lo logrado por nuestras pioneras del feminismo precisa que había surgido en esta tierra la génesis del pensamiento emancipador, el discurso propio. Los deseos de autonomía e independencia.
Es bajo la clasificación que hace De Burgos, que podemos hoy entender cómo emergió el feminismo de doctrina independiente en el país, una fuerza crucial que simbolizaba tanto el despertar como las ansias de liberación de los cánones ortodoxos de las mujeres en la vida privada y pública.
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Es más, en el año 1924 -entre junio y octubre- se marca un hito en estas narrativas emancipadoras con el concurso de bigotes perfectos organizado por la revista Fémina. Esta acción subversiva no fue solo una respuesta a la moda impuesta por el ejército interventor de los Estados Unidos, que exigía a los hombres dominicanos afeitarse por completo. Fue un símbolo de resistencia y autonomía gestado y participado por mujeres dominicanas, actuando de manera independiente antes de lograr la ciudadanía en los años 40.
Este feminismo doctrinal independiente abogaba por una emancipación política y social que iba más allá de las demandas existentes. Las argumentaciones se presentaban con una profundidad que trascendía los regímenes de pensamiento de la época, representando saberes genuinos de las dominicanas y de sus aliados, y una filosofía política propia.
Como regalo de revelación del pensamiento independiente y autonómico de las dominicanas, aquí algunas citas de la época:
- “La página más bella en la historia de la independencia de todos los pueblos la escribió siempre la mano blanca y pura de una mujer” (Luisa Angelis de Canino, 1922).
- “Yo entiendo que es un error postergar a la mujer, error que arraigó en la conciencia de los pueblos bárbaros” (Vetilio Valera Reyes, 1923).
- “Voluntad!, llama que inflamas en el pecho de la mujer la inspiración… diosa de grandes ideales… flor sublime, savia poderosa, que hace fuerte al débil” (Petronila Angélica Gómez Brea, 1924).
- “Propender por el mejoramiento moral y material de la mujer, es sencillamente asegurar el porvenir del mundo” (Ilva Camacho, 1927).
Estos pensamientos ilustran un compromiso con la libertad colectiva y el avance de los derechos de las mujeres. Así, esta corriente no sólo redefinió el rol de las mujeres en la sociedad dominicana, sino que también estableció las bases para un futuro más equitativo y justo, donde la autonomía y el empoderamiento de las dominicanas fueran elementos centrales en la construcción de su identidad.
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