En las últimas 48 horas, el ejército de Israel ha bombardeado los suburbios de Beirut y ordenado nuevas evacuaciones en la histórica ciudad de Tiro, ha causado la mayor masacre en Siria en un año (68 muertos, según el balance actualizado este jueves) y ha matado a nueve palestinos (todos milicianos, según la portavocía castrense) en una redada en la ciudad cisjordana de Yenín. Pero, como en los últimos 13 meses, el rastro más sangriento está en Gaza, con cinco bombardeos contra viviendas llenas de gente que han dejado al menos 88 muertos, sin ambulancias para transportar a los heridos a los hospitales y con un número indeterminado bajo los escombros, según las autoridades sanitarias. El 80% de la Franja es ya “zona de alto riesgo”, con la gente “obligada a huir en busca de lo básico”, principalmente salvar la vida, ha señalado el máximo responsable de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini.