Mientras el gabinete de seguridad israelí se mantiene reunido para aprobar el acuerdo de alto el fuego con Líbano y que sea anunciado antes de que acabe el martes, su ejército aprovecha las últimas horas para bombardear con inusual violencia, incluido zonas del centro de Beirut que nunca habían estado entre los objetivos. Desde la mañana, la aviación ha lanzado hasta 20 bombardeos en Dahiye, el suburbio sur de Beirut; derribado un edificio del centro de la capital (donde los drones de vigilancia suenan con más fuerza que nunca) sin aviso previo de evacuación; y atacado por primera vez el campamento de refugiados palestino de Rashidiya, cerca de la ciudad de Tiro. Acaba, además, de lanzar un inédito aviso a todos “los habitantes de Líbano” de que se dispone a atacar “numerosas filiales de Al Qard al Hassan”, la red de microcréditos de Hezbolá.