Rusia prosigue con su campaña de bombardeos de invierno contra la red energética de Ucrania. En la mañana de este jueves se ha producido un ataque con 90 misiles y 97 drones bomba dirigidos a infraestructuras civiles en una docena de provincias del país. Las empresas de suministro eléctrico han introducido cortes de luz en las ciudades de Ucrania, una medida que es lo que persigue precisamente el Kremlin desde el otoño de 2022: dejar a millones de ucranios sin electricidad ni otros servicios básicos como la calefacción o el agua caliente en los meses de frío. Horas después del ataque, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido en una conferencia en Kazajistán que este bombardeo es una respuesta al uso por parte del ejército ucranio de misiles de largo alcance de Estados Unidos y el Reino Unido en suelo ruso. Putin ha indicado que el principal objetivo han sido 17 enclaves militares y ha amagado con volver a emplear contra Kiev el Oréshnik, un cohete diseñado para una guerra nuclear y empleado por primera vez la semana pasada contra instalaciones militares en Dnipró.