Donald Trump ha dado pistas algo contradictorias en la selección de los altos cargos de su equipo económico. El presidente electo de EE UU, sin embargo, ha marcado el terreno con lo que son las tres prioridades con las que afrontará el nuevo mandato cuando tome posesión el próximo 20 de enero. Los aranceles a las importaciones ―como castigo o herramienta de negociación―, las rebajas generalizadas de impuestos y el impulso a la producción de energías fósiles definen su programa económico. Las sensibilidades de los escogidos son diferentes, pero su autonomía de decisión será limitada. Trump recibe como herencia una economía en buena forma, pero está dispuesto a marcar diferencias con su antecesor, Joe Biden, desde el principio.