La democracia es un sistema político en el que el poder supremo reside en el pueblo, quien ejerce su soberanía a través del sufragio o la participación directa en la toma de decisiones. En una democracia, los ciudadanos tienen el derecho a elegir a sus representantes y a influir en las políticas gubernamentales. Este modelo promueve la igualdad de derechos, la protección de las libertades fundamentales y la alternancia pacífica en el poder.
Esta definición es el reflejo de los autores relevantes en distintos momentos históricos en el desarrollo del pensamiento democrático, desde sus primeras bases filosóficas hasta su análisis y critica contemporánea: Robert Dahl, politólogo estadounidense; Alexis de Tocquville, filósofo y sociólogo francés y Jean-Jacques Rousseau, filosofo suizo-francés.
Democracia según los últimos mandatos
La visión de la democracia en la República Dominicana, según los últimos presidentes, refleja distintas perspectivas influenciadas por sus contextos políticos. Leonel Fernández, quien promovió la estabilidad política, fue criticado por su reforma constitucional de 2010, que permitió su reelección, generando debate sobre la concentración de poder y la transparencia en los procesos democráticos.
Danilo Medina, durante su gobierno, se centró en la inclusión social y el fortalecimiento de políticas públicas, pero su administración también fue señalada por el control mediático y limitaciones a la libertad de prensa, lo que dejó cuestionamientos sobre la pluralidad en el debate democrático.
Por último, Luis Abinader, actual presidente, ha abogado por un fortalecimiento de las instituciones democráticas, enfatizando la importancia de reformas constitucionales orientadas al bien común, aunque sus propuestas han generado reservas entre la oposición, mostrando las tensiones políticas en torno a la democracia en el país.
Evolución histórica de la democracia en la República Dominicana
La democracia en la República Dominicana ha recorrido un camino lleno de retos y transformaciones significativas. Desde su independencia hasta los avances más recientes, el país ha superado periodos de inestabilidad, dictaduras y conflictos sociales.
Este proceso ha sido clave para consolidar un sistema democrático que, aunque sigue enfrentando desafíos, ha logrado adaptarse y evolucionar a lo largo del tiempo. Es importante conocer nuestra historia y reconocer nuestros hitos para seguir avanzando hacia una democracia más sólida y participativa, por lo que me permito citar algunos:
La República Dominicana se independizó de Haití el 27 de febrero de 1844, con el objetivo de construir una nación soberana. Sin embargo, la independencia fue seguida de luchas internas por el poder, lo que dificultó el establecimiento de una democracia consolidada desde sus inicios.
Tras la anexión de la República Dominicana a España (1861-1865), los dominicanos lucharon por restaurar su soberanía. La guerra de restauración culminó con la victoria dominicana y reafirmó el deseo de independencia y autogobierno.
Durante las primeras décadas del siglo XX, el país vivió en un clima de inestabilidad política. En 1916, los Estados Unidos ocuparon militarmente el país, lo que afectó la soberanía dominicana. Tras la salida de los estadounidenses en 1924, el país cayó bajo la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó con mano dura durante más de 30 años (1930-1961).
El asesinato de Trujillo en 1961 representó el fin de una era dictatorial. Sin embargo, el país no alcanzó de inmediato la democracia plena, el período posterior estuvo marcado por conflictos y luchas por el poder.
En 1965, un levantamiento popular conocido como la Revolución de Abril buscó restaurar el gobierno democrático del presidente Juan Bosch, quien había sido derrocado en 1963. La intervención de Estados Unidos en apoyo al gobierno de facto del momento provocó una crisis política, pero el conflicto terminó con la firma de un acuerdo que permitió el regreso a la democracia.
Tras la Revolución de Abril, el país experimentó una serie de gobiernos democráticos, comenzando con la elección de Antonio Guzmán en 1978. Aunque el proceso democrático estuvo marcado por tensiones políticas y económicas, se establecieron las bases para un sistema de alternancia política.
Durante las últimas décadas, la República Dominicana ha experimentado un fortalecimiento de sus instituciones democráticas, con elecciones libres y competitivas. El sistema electoral ha mejorado, y ha habido un avance en el respeto a los derechos humanos y en el fortalecimiento del sistema judicial. No obstante, persisten retos relacionados con la corrupción, la pobreza y la desigualdad social.
Retos actuales de la democracia en la República Dominicana
La democracia en la República Dominicana enfrenta varios desafíos que amenazan su estabilidad y su desarrollo hacia un sistema más sólido e inclusivo. Entre los problemas más críticos se destacan la polarización política, la persistente corrupción y la creciente desinformación impulsada por las redes sociales. Estos fenómenos afectan la cohesión social y minan la confianza en las instituciones democráticas, lo que limita la calidad de la participación ciudadana.
La polarización política en la República Dominicana ha aumentado en las últimas décadas, particularmente debido a la competencia entre los principales partidos, como el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Esta división ha generado un clima de confrontación en el que las opiniones se vuelven extremas y rechazan el diálogo. Como consecuencia, se debilita la cohesión social y las instituciones democráticas, en vista de que los partidos priorizan la confrontación sobre el consenso necesario para el desarrollo de políticas públicas efectivas. La falta de acuerdo también promueve la desconfianza en el Congreso y el poder judicial, al percibirse como instituciones parcializadas, lo que disminuye su imparcialidad y efectividad.
La corrupción sigue siendo un desafío persistente. A pesar de los esfuerzos por combatirla, casos como el escándalo de Odebrecht, que involucró a políticos de alto nivel en sobornos millonarios, continúan afectando la credibilidad de los partidos y del Estado.
De la misma manera, en el 2015, el caso de Oisoe. Se trata del suicidio del arquitecto de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe), David Rodríguez, quien reveló irregularidades en proyectos de construcción, especialmente en la construcción de escuelas públicas, lo que llevó a la investigación de varios funcionarios
El caso de la OMSA, en el 2017, donde el exdirector de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), Manuel Rivas, fue arrestado tras el asesinato del abogado y catedrático Yuniol Ramírez, quien había estado investigando actos de corrupción dentro de la OMSA. Este caso se relaciona con extorsión y crimen organizado
En el 2020, la operación antipulpo, la cual destapó una red de corrupción en la administración del gobierno del expresidente Danilo Medina, con implicaciones para varios miembros de su familia, incluyendo a los hermanos del expresidente, Juan Alexis Medina Sánchez y Carmen Magalys Medina. Se les acusó de desfalco, lavado de activos y tráfico de influencias.
En el 2024, la operación Calamar, caso donde varios exministros del gobierno de Danilo Medina, como Gonzalo Castillo, Donald Guerrero y José Ramón Peralta, fueron arrestados por presunta malversación de fondos públicos, sobornos y otros delitos relacionados con el financiamiento ilícito de campañas.
Sin dejar de lado los casos Coral 5G, Operación Medusa (Sigue en proceso judicial e involucra a más de 40 personas en un fraude de RD$6,000 millones), Caso Calamar (desfalcos que superan los RD$41,000 millones) y recientemente operación camaleón por varios casos de corrupción.
Desinformación electoral
Por otro lado, el auge de las redes sociales ha transformado la forma en que los ciudadanos se informan y participan en la política, pero también ha intensificado la desinformación. Las «fakenews» y las campañas de desinformación son particularmente peligrosas durante los períodos electorales, ya que distorsionan la realidad y manipulan la opinión pública.
Esto influye negativamente en la toma de decisiones, llevando a comportamientos electorales basados en falsedades en lugar de hechos o propuestas sólidas. Además, la rápida difusión de información errónea a través de plataformas como Twitter, Facebook, TikTok e Instagram, crea un ambiente de confusión y desconfianza, dificultando el fortalecimiento de la democracia. Los esfuerzos por regular las redes sociales y garantizar su transparencia aún son insuficientes, lo que requiere un enfoque integral para abordar este desafío.
En conjunto, estos retos afectan la resiliencia de la democracia en la República Dominicana, socavando la cohesión social, la confianza en las instituciones y la calidad de la participación política.
Oportunidades para el fortalecimiento de la democracia
El fortalecimiento de la democracia en la República Dominicana depende de tres factores esenciales: la educación cívica, la participación ciudadana y la responsabilidad de los medios de comunicación. Cada uno de estos elementos es clave para crear una sociedad informada, activa y comprometida con los procesos democráticos.
A través de una educación cívica integral, se puede formar a los ciudadanos en sus derechos y responsabilidades, mientras que fomentar la participación electoral asegura una representación equitativa de todos los sectores. Por último, los medios de comunicación, como principales fuentes de información, deben garantizar la veracidad y diversidad de su contenido para asegurar una democracia informada y equilibrada.
La educación cívica es fundamental para fortalecer la democracia, permite a las nuevas generaciones comprender sus derechos, deberes y el funcionamiento de las instituciones democráticas. Un enfoque integral en este tipo de educación debe incluir la historia política nacional y valores democráticos como la tolerancia, el respeto y la importancia del diálogo.
Esto fomenta la participación activa y responsable de los jóvenes, incentivando la defensa y preservación de la democracia. Además, esta educación debe ser inclusiva, garantizando que todos los sectores de la sociedad, independientemente de su nivel socioeconómico, tengan acceso a ella.
Para lograr una mayor participación electoral, es necesario aumentar la conciencia sobre la importancia de votar de manera informada, no solo basándose en afiliaciones partidarias. Las campañas de concientización deben destacar la relevancia de elegir a candidatos que reflejen verdaderamente los intereses de la sociedad. Además, debe mejorarse la infraestructura electoral para facilitar el acceso al voto, especialmente en las zonas rurales y en sectores marginados.
Los medios de comunicación juegan un papel esencial al proporcionar información veraz y equilibrada, pero muchas veces se ven influenciados por intereses políticos y económicos, lo que puede distorsionar la realidad y fomentar la polarización.
Para fortalecer la democracia, es necesario promover un periodismo ético, independiente y responsable que fomente un debate informado y eduque a la ciudadanía sobre los temas políticos y sociales. La formación en ética profesional para periodistas y la regulación de las prácticas mediáticas son pasos cruciales para asegurar la transparencia y la calidad de la información.
El fortalecimiento de la democracia en la República Dominicana requiere la acción conjunta de la educación, la ciudadanía y los medios de comunicación. Estos pilares son fundamentales para crear un sistema democrático inclusivo, transparente y participativo. Invertir en la educación cívica, promover una mayor participación electoral y garantizar la responsabilidad de los medios, son acciones que permitirán avanzar hacia una democracia más sólida, resiliente y responsable.
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