Camino al río con mi madre embarazada, una culebra se atravesó en el trayecto y no se movía. Nos asustamos —todavía le tengo miedo a las culebras—, debimos devolvernos y retornar luego porque íbamos a buscar agua para tomar; al regresar se había ido. Mi madre y todas las embarazadas del campo decían que las culebras se derrengaban al encuentro con una embarazada porque asustaron a la Virgen en el camino a Belén.
No sé cuán cierta es la historia, pero la culebra sí detuvo su andar y no se movió mientras estábamos frente a ella en el camino, eso lo vi y me lo creí.
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Hago el relato porque hace 2024 años que María y José, los padres de Jesús, debieron salir de Nazaret para censarse en Belén, porque al ser descendiente del rey David, le tocaba registrarse en esa ciudad en la que había tanta gente que tuvieron que amanecer en un establo.
El emperador César Augusto había ordenado el censo con el objetivo de ubicar a los ciudadanos para contabilizar el cobro de impuestos.
María, con un embarazo a término, debió recorrer junto a José 130 kilómetros. Le costó seis días de viaje y, como se había anunciado que nacería el Mesías, y el rey Herodes ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años, la familia debió huir a Egipto donde se asilaron y vivieron cerca de cuatro años.
Cuenta la historia que un ángel le anunció a José que regresara a Nazaret porque ya había desaparecido el peligro y las amenazas contra su hijo.
Es evidente que la migración de José y su familia fue por un asunto de política del imperio y la huida a Egipto fue por una persecución política porque el Mesías constituía una amenaza para el sistema.
De modo que el exilio y las migraciones nacieron con la era. Hoy las migraciones son un problema global y en crecimiento. Las personas emigran en la actualidad por problemas económicos, antes por problemas políticos y en la era actual ya tenemos migrantes climáticos.
Según la Organización Mundial para las Migraciones, Europa y Asia acogieron 87 millones de migrantes internos y 86 millones de migrantes internacionales.
América del Norte tiene una carga de migrantes de 59 millones, equivalente al 21 por ciento de los inmigrantes globales.
Según los datos recogidos para esta entrega, las migraciones se aceleraron en los últimos 50 años. En 1970 a Estados Unidos llegaron 12 millones y en el 2020 la cifra se elevó a 51 millones de migrantes internacionales. En Alemania, los migrantes componen la cuarta parte de su población, con 10.9 millones; España, con casi 9 millones, tiene más del 18 por ciento de la población; y Francia, con más de 8 millones, posee el 12 por ciento de su población.
En cada uno de los países mencionados, la migración constituye un grave problema y es tema de campaña política; los migrantes son estigmatizados porque supuestamente sustituyen la mano de obra local.
Nuestro país todavía no tiene migrantes climáticos, pero sí económicos y políticos como los haitianos, los venezolanos y los cubanos.
Hoy en día las sociedades, y más los países pobres, nos encontramos en una encrucijada con una enorme presión migratoria y el dilema cultural que esta genera.
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