Najib Mikati, primer ministro de Líbano, llega a España en un momento especialmente sensible para Oriente Próximo. Al alto el fuego acordado en su país entre Israel y el partido-milicia chií Hezbolá le siguió a los pocos días la caída en Siria de Bachar el Asad. Mientras las piezas del puzle regional se recolocan para dar a luz un nuevo orden aún difícil de vislumbrar, la situación en Líbano es extremadamente complicada. A Mikati (Trípoli, 69 años) le acompaña desde hace más de dos años la etiqueta de ser un líder interino que gobierna en soledad debido a la incapacidad de los partidos para acordar un presidente. Ese vacío institucional y la guerra de Israel con Hezbolá han ahondado una crisis económica que en 2022 ya había dejado en la pobreza al 80% de los ciudadanos.