El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, llega al final de su escapada. Tras decretar una ley marcial la semana pasada, que estuvo en vigor seis horas, hizo tambalearse a las instituciones democráticas y ha sumido al país en una de sus mayores crisis en décadas, el dirigente ha perdido este sábado una moción de destitución en la Asamblea Nacional (el Parlamento). La iniciativa para tumbar al jefe del Estado ha sido aprobada con 204 votos a favor, 85 en contra, 3 abstenciones y 8 votos nulos. Ahora será el Tribunal Constitucional el órgano encargado de decidir si reinstaura o destituye a Yoon. De ser ratificada por el tribunal, se convertiría en el segundo jefe del Estado destituido, después de la moción contra la expresidenta Park Geun-hye en 2017. Pero podría llevar tiempo: el tribunal tiene hasta seis meses para deliberar. Hasta entonces, será el primer ministro, Han Duck-soo, segunda autoridad estatal, quien asuma las funciones presidenciales.