Alemania ha despejado este lunes el último obstáculo para convocar elecciones anticipadas el 23 de febrero. El canciller Olaf Scholz ha perdido este lunes la confianza del Bundestag y prevé pedir esta misma tarde al presidente de República, Frank-Walter Steinmeier, la disolución parlamentaria. Se activa así el calendario electoral y todo está listo para la campaña. La derrota era el resultado que buscaba el socialdemócrata después de romper en noviembre la coalición tripartita que gobernaba Alemania desde 2021 y quedarse en minoría.