Por Julio Ravelo Astacio
El fin de año no es un comienzo ni un final, es continuar con la sabiduría de la experiencia desbrozando el sendero que deseamos transitar con determinación y firmeza. Si has estado pensando en hacer cambios en tu vida, un nuevo año puede ser el estímulo que necesitabas.
Con la llegada del nuevo año, el mundo se sumerge en celebraciones llenas de alegría y esperanza. El paso del 31 de diciembre al 1 de enero marca no solamente el final de un año, sino también el comienzo de nuevos desafíos.
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Simboliza un ciclo de renovación y la oportunidad de dejar atrás el pasado, aprender de las experiencias y adoptar una actitud de optimismo hacia el futuro.
Si existe un momento oportuno para reflexionar, es este. Evaluar logros obtenidos, desafíos superados y definir con sentido realista las metas y aspiraciones. El nuevo año es un nuevo reto que nos debe llevar a consolidar nuestras estrategias para lograr lo deseado.
Que nadie crea que el nuevo año por sí solo nos trae la posibilidad de lograr nuestras metas. Al pasar revista a los años vividos, las experiencias acumuladas, se va estableciendo un balance y así podemos apreciar cómo hemos avanzado o no en nuestros propósitos.
Los años vividos deben ser acicate que nos permitan reflexionar, valorar lo logrado, asimismo, entender en qué aspectos no hemos sido todo lo persistentes y decididos hasta obtener nuestras aspiraciones.
Un año viene y otro se va. Vuelve un nuevo año. Si no apreciamos los objetivos logrados, si no reflexionamos sobre nuestras capacidades para enrumbar de la manera más fructífera nuestras vidas, de poco valdría un nuevo cambio en el calendario. ¡Basta de sensación de frustración y lamentaciones! La vida es un reto constante, un desafío permanente. Llenémonos de optimismo y del deseo inmenso de superación que debe llenar nuestras vidas. Pongámosle entusiasmo a nuestra existencia, ¿lo contrario nos podría arrojar algún beneficio? Vivir amargado, maldiciendo nuestras vidas, aburridos, gruñones, inconformes con todos y todo lo que nos rodea, distanciándonos de: familia, amigos, trabajo; alejándonos cada día más de aquello que implique ser solidario con los demás, sentir y prodigar afectos.
Es cierto, a veces la vida se torna dura, difícil, pero nadie ha logrado superar dificultades, derribar barreras, acostándose en una cama a rumiar los inconvenientes del diario vivir. Todos hemos tenido momentos en que nos arropan los problemas, pero el ser humano viene a ser una maquinaria casi perfecta.
Recordemos que el electrocardiograma, registro gráfico de la actividad eléctrica del corazón, presenta las ondas P, complejo QRS, onda T. En el registro podemos apreciar como suben y bajan las ondas. Así ocurre con la vida diaria, momentos de logros, éxitos que se alternan con otros difíciles, demostrándonos que en ese cuerpo aún la vida existe. Cuando el ECG se aplana y desaparecen las ondas, eso significa que se extingue la vida. No podemos permitir que la vida de una persona con una actividad cardíaca normal muera por inanición, por falta de determinación para lograr en la vida sus metas.
Sugerencias:
- Póngale, amigo lector, una fuerte dosis de optimismo a su existencia.
- Hágase acompañar de gente con una actitud positiva ante la vida.
- Confíe en usted y sus capacidades.
- Cultive la solidaridad y la gratitud.
- Concéntrese y disfrute de lo mucho o poco que tenga.
- Viva con alegría, disfrute su existencia.
- No olvide tener su agenda diaria. Anote, comente, revise sus compromisos y pase revista a sus metas por lo menos cada mes.
- Existe la tendencia al menor esfuerzo y a dejar las cosas para mañana.
Aléjese de esa actitud y verá los resultados. - No olvide adoptar una posición de responsabilidad y compromiso con su existencia.
- Otros con grandes limitaciones, producto de su tenacidad y ganas de crecer
han logrado cosas que ni ellos soñaban. - Defina objetivos y metas. Trabaje tenazmente en ellos.
Recuerde siempre que la vida es un regalo, una bendición. Les invito a disfrutar plenos de entusiasmo y determinación este nuevo año. Vamos con decisión y arrojo a recibirlo: paz en el mundo, salud y éxitos.
¡Felicidades a todos los dominicanos, a toda la humanidad!
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