Todos estaban esperando la llegada de Donald Trump. Ahora, con las cartas repartidas y el grueso rotulador del magnate volando sobre los informes en el Despacho Oval, es el momento de los envites y los amagos. Entre los primeros garrotazos del republicano sorprende la suavidad en el trato a China, después de las recurrentes amenazas en campaña. No hay, de momento, aranceles ni prohibición de TikTok.