En Krasnopilia, al norte de Ucrania, no queda prácticamente un alma, pero la policía continúa patrullando sus calles. Solo un borracho se tambalea por su principal avenida mientras los vehículos del ejército cruzan veloces. Ivan, soldado de una brigada de las Fuerzas de Defensa Territorial ucranias, explica que la policía está allí para evitar saqueos, algo habitual en las localidades abandonadas por la guerra.
Ucrania toma la iniciativa con una nueva ofensiva en suelo ruso al mismo tiempo que se negocia la paz
