Rusia ha vuelto a elegir la táctica del terror al situar en el centro de la diana a los civiles. Al menos dos misiles balísticos han caído a primera hora de este domingo en una zona residencial del centro de la ciudad de Sumi, en el noreste de Ucrania, junto a la frontera rusa. Según el balance aún provisional, al menos 31 personas han muerto, entre ellas, dos niños, y más de 80 han resultado heridas, 10 de ellas, menores de edad. “En este brillante día de Domingo de Ramos”, ha dicho el alcalde de Sumi, Artem Kobzar, en su perfil de redes sociales, “nuestra comunidad sufrió una terrible tragedia”. La matanza se produce un mes después de que Ucrania aceptase la propuesta de Estados Unidos de alto el fuego por un periodo de 30 días. Una oferta ante la que el Kremlin ha guardado silencio. “Solo un bastardo podría actuar así. Quitando las vidas de gente común”, ha manifestado el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, en un mensaje.
Al menos 31 muertos por un ataque ruso con misiles balísticos en la ciudad ucrania de Sumi
