“Con el pontificado de Francisco ha terminado de verdad el siglo XX”, opina Alberto Melloni, historiador de la Iglesia, en conversación con este diario. Se abre una era muy incierta y compleja, en un mundo en rápida transformación en el que el difunto Papa ha ensayado la apertura de nuevos caminos, ha intentado reformar la Iglesia y por primera vez ha aportado una visión del sur del mundo. Ha primado los gestos, la atención social y pastoral, y ha dejado en segundo plano lo institucional y jurídico. Todo ello ha causado enormes tensiones internas, y también externas.
Las reformas pendientes, el papel de las mujeres y el temor a un cisma: los problemas que se encontrará sobre la mesa el próximo papa
