La expectación ante el encuentro oficial entre dos presidentes de países vecinos y en las antípodas ideológicas como el argentino Javier Milei y el brasileño Luiz Inácio Lula era máxima este lunes porque el economista libertario lleva ya diez meses en el poder y ambos solo se habían saludado fugazmente en el G-7 de junio en Italia. Los mandatarios sudamericanos han protagonizado un saludo gélido con Lula como anfitrión, junto a su esposa, Janja, y Milei como invitado a la cumbre del G-20 en Río de Janeiro, acompañado por su hermana Karina, su más estrecha colaboradora en el Gobierno. Milei ha anunciado al final de la tarde que apoyará este martes la declaración final de los líderes del G-20, pero ha detallado sus muchísimas discrepancias en una nota. O en sus palabras, respaldo a las conclusiones “disociándose parcialmente de todos el contenido vinculado a la agenda 2030″, en referencia a los objetivos de desarrollo acordados por el mundo en la ONU.