Horas después de que Vladímir Putin probase contra Ucrania su nueva arma, en Rusia han salido a la venta camisetas con la imagen del mandatario, su nuevo juguete volando y el rostro de Joe Biden aterrorizado bajo un juego de palabras que mezcla el título ruso de la película La Jungla de Cristal —Krepki Oreshek, traducible como nuez dura de roer— con el nombre del misil, Oréshnik (avellano). El presidente ruso asegura que el cohete es de última generación, aunque la inteligencia occidental apunta a una modificación de un modelo anterior. Los únicos detalles que se conocen con certeza por ahora es que se trata de un misil balístico que incumpliría el malogrado Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF, en inglés), un pacto clave para evitar una escalada nuclear que Estados Unidos y Rusia abandonaron en 2019.