Por Andrea Melgar
El desabastecimiento de medicamentos en las instituciones públicas de salud, la Caja de Seguro Social (CSS) y el Ministerio de Salud, y el alto costo de estos en las farmacias privadas son problemas con los que el pueblo panameño está, desafortunadamente, muy familiarizado. El problema se hizo visible en 2022 cuando se reportó que en la CSS, de los 610 medicamentos básicos, había desabastecimiento de alrededor de 130, lo cual afectaba al 80% de los asegurados. Como respuesta, el ahora ex presidente Laurentino Cortizo firmó un decreto para implementar un 30% de descuento a 170 medicamentos en farmacias privadas. Dos años después, este decreto se ha vuelto a prorrogar, ya que el problema persiste.
Múltiples factores han causado este desabastecimiento que afecta, principalmente a la población panameña, tanto a las personas aseguradas como los consumidores particulares. Desde la gran demanda acumulada a nivel globa luego de la reanudacion de la producción tras la pandemia de Covid-19, los altos costos de importación de medicamentos al país y la falta de infraestructura farmacéutica nacional, hasta los complejos procesos de licitaciones para la importación y distribución de medicamentos. Esta falta de medicamentos de acceso público, además, ha generado un monopolio en manos del mercado privado, lo cual ha provocado el aumento de los precios.
Ante este complejo problema que afecta a gran parte de la población panameña, en particular la más desfavorecida, ¿qué alternativas existen?
¿Cuál es la solución?
Una posible solución, tanto al problema de desabastecimiento de medicamentos e insumos como al alto coste de los medicamentos en farmacias privadas, es la compra de medicamentos a través de organizaciones sin fines de lucro, como las agencias de Naciones Unidas. Panamá podría beneficiarse mucho de estos mecanismos internacionales de compras de medicamentos y de asistencias en los procesos de compras. Esta es una propuesta que el gremio médico panameño, COMENENAL, viene ofreciendo desde antes que estallara la crisis del 2022, y que solucionaría parte del problema del desabastecimiento. Entonces ¿por qué el Gobierno no ha incorporado este sistema?
Según un estudio sobre los altos costos de los medicamentos en Panamá del grupo Indesa, no se encontró evidencia de que comprar a estas organizaciones fuese ventajoso, ya que “los costos de comprarles, realmente no hacían materialmente diferente el mecanismo de compra”. El estudio también señala que quizás si las compras no fuesen por país individual (4 millones de habitantes) sino en conjunto (50 o 100 millones de habitantes) “podría cambiar la historia”. Sin embargo, esto es contradictorio a lo que hemos observado en otros países latinoamericanos de pequeña población. Sería interesante explorar por qué en Panamá esta opción es percibida como poco favorecedora y por qué no se considerada como solución viable.
¿Cómo fuciona este sistema de compara?
La compra directa a agencias de las Naciones Unidas sería una solución atractiva y viable, de la cual existe evidencia en otros países la región. En 2022, las Naciones Unidas reconoció que la compra de medicamentos a través de la Oficina de las Naciones Unidas para Proyectos (UNOPS) es la mejor modalidad de adquisiciones que existe debido a su gran impacto, sostenibilidad, implementación a tiempo, beneficios demostrados, mejores prácticas, valor agregado a favor del medio ambiente y aportes para alcanzar los Objetivos de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030.
Este proyecto ha contribuido enormemente a la salud pública mexicana, por ejemplo. UNOPS es responsable del 28% del gasto total del sistema de salud público mexicano para la compra de medicamentos e insumos médicos. En solamente dos años se logró la apertura del mercado que en 2018 concentraba el 80% del gasto público en 18 proveedores, a un 80% del gasto público dividido en 99 proveedores. Como referencia, en Panamá el 83% de las mayores importaciones de medicamentos están concentradas en 8 empresas.
En México este sistema también ha fomentado la transparencia e información pública de las compras y ha fortalecido a las instituciones de salud pública. El Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) del Gobierno de México comunicó que: “el convenio específico con la UNOPS incluye un componente de fortalecimiento institucional, para que nuestro país consolidara una proveeduría internacional, lo que se logró antes del tiempo establecido”.
En Guatemala el ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) acaba de aprobar la implementación del sistema de compras de medicamentos vía UNOPS, mecanismo que ya habían ejecutado a través de su Seguro Social desde 2007 y que generó un ahorro de US$200 sin disminuir la calidad de los medicamentos. Este sistema además ha provisto a los procesos de adquisiciones de una mayor eficiencia y transparencia.
Honduras también ha incorporado este sistema de compras a través de la UNOPS con excelentes resultados, generando una reducción de precios en los medicamentos de referencia de entre 40 y 300%. Además, se abrió la participación en el mercado a un mayor número de actores. El éxito de estos acuerdos en países vecinos, si bien con mayor población, pero con problemas parecidos, reafirma que se trata de una alentadora solución.
Por lo tanto, debido a la inestabilidad del sistema público panameño y sus consecuencias en los costos de los medicamentos en el mercado privado, creo que las compras directas a través de la agencia de las Naciones Unidas podría ser una buena solución. Una solución que aliviaría la ya pesada carga de la Caja de Seguro Social y beneficiaría a la salud pública panameña.
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