Firas se había levantado temprano para atender a sus animales. Poco después de las seis de la mañana notó algo extraño. La vaca empezó a vomitar. Él sintió calor y un ahogo ―se lleva las manos al cuello para explicarlo―, así que corrió a echarse agua sobre la cara. El 4 de abril de 2017, la aviación del régimen de Bachar el Asad estaba bombardeando Jan Sheijun, un pueblo en el sur de la provincia de Idlib, entonces en manos de los rebeldes. Aquel bombardeo no era igual que el de los días anteriores.