La Unión Europea trata de ajustar fórmulas para contrarrestar y combatir la creciente guerra híbrida del Kremlin. En un movimiento significativo, y tras una oleada de operaciones rusas en varios Estados miembros, los ministros de Exteriores avanzarán este lunes en las primeras sanciones de la Unión por actividades de desestabilización y desinformación, tanto en el club comunitario como fuera. La lista, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, incluye más de una quincena de nombres y varias organizaciones que tendrán prohibido viajar a la UE y cuyos activos en suelo comunitario serán congelados. Entre ellos hay espías de la inteligencia militar rusa (GRU) y de alguna de sus unidades especiales, reclutadores para sabotajes o agentes infiltrados en Alemania para captar información en el Parlamento y el servicio de información germanos y “socavar el proceso político democrático”.