Los casi 11 kilómetros de la avenida Soborni que atraviesa Zaporiyia son testimonio de los tiempos que vive esta ciudad industrial del sudeste ucranio. Edificios agujereados, un centro comercial fantasma, cientos de ventanas reventadas. En esta macroarteria soviética se ven las huellas recientes de los constantes bombardeos rusos con misiles, bombas planeadoras y drones kamikazes. Mientras los expertos militares especulan sobre una posible ofensiva de Moscú en el frente sur, algunos de los habitantes que quedan, ansiosos con la intensificación de los ataques, se preparan para marcharse.