Son semanas decisivas para el futuro de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania. Queda un mes para la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la alarma sobre la hipótesis de que reduzca el apoyo a Kiev aumenta. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha pedido este jueves en Bruselas “unidad” entre Europa y Washington ante la agresión rusa. También “garantías de seguridad” de ambos bloques que blinden al país el día después de la guerra y que disuadan al Kremlin de lanzar una nueva ofensiva. “Es muy difícil mantener el apoyo a Ucrania sin Estados Unidos”, ha reconocido el ucranio, que ha participado en la cumbre que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebran en Bruselas. “Las garantías de seguridad europeas no serán suficientes para Ucrania”, ha insistido Zelenski en una rueda de prensa en la que ha lanzado también que aguarda la toma de posesión de Trump ―prevista el 20 de enero— y su prometido “plan para parar a Putin”.
Ucrania vetará el paso del gas ruso por su territorio
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha anunciado que no permitirá que el gas ruso cruce el territorio de su país a partir de enero. El contrato que tiene firma la gasista rusa, Gazprom, con la ucrania, Naftogaz, se renovó en 2019 y caduca a finales de este año, es decir, en unos días. «No vamos a prolongar el tránsito de gas ruso ni a dar a Rusia la posibilidad de utilizar miles de millones de euros adicionales para la guerra», ha declarado al salir de la reunión que ha mantenido con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE este jueves en Bruselas.
Zelenski ha tenido que escuchar en esa reunión cómo alguno de los países más prorrusos, concretamente Eslovaquia, le reprochaba que, con su decisión, ellos perdían dinero. Su respuesta ha sido muy dura. «Es un poco vergonzoso hablar de dinero cuando estamos perdiendo gente», ha reprochado al primer ministro eslovaco, Robert Fico.
En Bruselas, esto se ve como una batalla entre los países afectados, principalmente, los prorrusos Hungría y Eslovaquia, contra Ucrania. De hecho, la comisaria de Energía del Ejecutivo comunitario anterior, Kadri Simson, subrayó en octubre pasado que la UE estaba lista para prescindir del combustible ruso que llega por esta vía: «Los países del centro y del sudeste de Europa han diversificado sus opciones de suministro para reemplazar completamente los 14 bcm [millardos de metros cúbicos] de gas ruso que aún transitan [cada año] por Ucrania. (…) Seré clara: no es necesario, y si los Estados miembros prefieren seguir importándolo, yendo incluso más allá de la capacidad contratada o firmando nuevos acuerdos, estarán tomando una decisión política peligrosa”.