Parece que fue hace un siglo, pero apenas han pasado cuatro años. En su primer mandato, Donald Trump prometía colocar a “Estados Unidos primero” y zafarse de las “guerras interminables” que lanzaron sus predecesores en Oriente Próximo y Afganistán. Durante la campaña electoral para las elecciones del pasado noviembre, incluso aseguró que pondría fin en cuestión de 24 horas a la guerra en Ucrania. Sin embargo, desde su triunfo electoral y a poco más de una semana para regresar a la Casa Blanca, su discurso ha dado un giro hacia una política de expansión territorial de EE UU con tintes imperialistas.